Registro íntimo
Del miedo y la inseguridad, al goce y la libertad de habitarse con orgullo. Autorretratos que dejan huellas.
por Virginia Robles
Entrevista – 16 de agosto, 2021
Artista visual, directxr de videoclips y fotógrafx. Pablo Gómez Samela nació en Corrientes, pero fue en Buenos Aires donde logró encontrar su mundo y comenzar a explorarse a través de los vínculos. Su obra, pop y kitsch, está vinculada a la escena queers, la música under y el activismo. En diálogo con Ojo de Salvia, nos cuenta cómo fue el proceso que lx llevó a autorretratarse para liberarse de la presión social y la heteronorma, a la que tuvo que adaptarse para sobrevivir durante su adolescencia, hasta animarse a explorar su estética en la esfera más íntima.
¿Quién es Pablo hoy?
Cuando era chicx pensaba en cosas que quería para el futuro, las veía como muy imposibles, pero hoy estoy siendo quien siempre quise ser, no solo desde lo artístico, sino también en mi forma de vivir, de expresarme y mostrarme. Fue una larga transición en la que venir de Corrientes a Capital, hace 8 años, me ayudó. Cuando llegué era distinto, me fui un poco enojadx y cansadx, porque si bien es una ciudad grande, también es bastante católica y conservadora, aunque ahora cambió un montón, hay marchas del orgullo y el feminismo se plantó muy fuerte. Pero aún existe esa fuerte presión de lo que está bien ser y hacer.
¿Cómo es tu vínculo con las imágenes que creas?
Siempre supe que tenía ganas de expresarme visualmente, pero no tenía en claro cómo, de hecho empecé estudiando diseño gráfico. Todo surgió de una forma muy intuitiva porque ni bien llegué a Bs As, me anoté en un workshop de Lomography, me compré una camarita analógica compacta – que todavía uso – y empecé a descubrir la ciudad a través de las fotos.
Salía a caminar los fines de semana por la tarde, me bajaba en una estación y recorría sin rumbo, conociendo la ciudad y sacando fotos. Hasta que me empecé a dar cuenta que a través de las imágenes, me iba vinculando con mucha gente. Fotografiaba diferentes situaciones de amigxs o de gente que iba conociendo, y así surgió el deseo y la necesidad de querer hacer algo, de contar más. Este deseo fue evolucionando cuando dejé de ser una persona que registraba momentos únicos, y decidí empezar a contar historias. Creo que es la mejor forma con la que me relaciono con el mundo, contando a través de una imagen.
No es sólo un homenaje (2020)
“Creo que es la mejor forma con la que me relaciono con el mundo, contando a través de una imagen”.
¿Cómo y de dónde surgen las escenas que elegís para contar tu mundo?
Cuando me echaron de un trabajo, empecé a buscar formas para hacer con la fotografía, vinculándome con artistas queers y su mundo. Esto tiene que ver con que siendo trolo en Corrientes, para mí no existía visiblemente el mundo queers, en cambio acá en Capital, me surgió esa necesidad de querer conocer y contar. Entonces, empecé a entrevistarlxs para un proyecto documental. En un principio iba a ser una serie de retratos fotográficos, porque me interesaban sus historias de vida, y después se me ocurrió agregar una entrevista. En este proceso, me pasó que me fui volviendo orgullosx de lo que soy.
¿Sentís que la fotografía, como medio artístico, te ayudó en este proceso de liberación?
Me dio seguridad como para empezar a mostrar visualmente mi mundo, sin tener miedo. Al principio tenía ese temor de lo que la gente pueda pensar o decir, y más cuando comencé a vincularme con artistas LGTBQI+. Más allá de querer retratarlxs, me interesaba también conocer su historia; como vivían, su sexualidad, cómo habían sido sus infancias y sus adolescencias. Todo de alguna manera me reflejaban mucho de mi propia historia y de lo que reprimí de adolescente, entonces no solo me pasó de sentir que fui liberándome como persona y como lo que soy y quiero hacer, sino que también saque trabas y limitaciones que tenía sobre cómo era tal sexualidad, o como era mostrarse de tal forma.
¿Cómo surgió tu proyecto de autorretratos?
Empecé el año pasado en la pandemia, pero ya venía con ganas de explorar en mí, todo el lenguaje visual con el que estaba trabajando. Haciendo la cuarentena en la casa de mis viejxs en Corrientes, revisando mi pasado, volvieron recuerdos y cosas de cuando vivía ahí, y tuve además mucho tiempo para pensar en lo que quería hacer.
De chiquitx consumía mucho películas de Almodóvar, de Estudio 54, videos de MTV y veía ese prototipo de hombre gay que aparecía y que me llamaba la atención, entonces quise reapropiarme de esa imagen y además, al trabajar con muchxs artistas pop, también quise sumarle esa parte de estrella pop y decidí empezar a contar mi historia, desde este personaje que inventé: un Adonis Pop, que también lo uso para liberar mis propias trabas, que si no fuera a través de este Adonis, quizá no me daría la osadía de mostrarme casi desnudo o en esas escenas.
De Koons a la Cicciolina (2020)
“decidí empezar a contar mi historia, desde este personaje que inventé: un Adonis Pop, que también lo uso para liberar mis propias trabas “
En tu trabajo hay una fusión entre fantasía e intimidad ¿Esto tiene que ver con el personaje que construiste?
La fantasía es la licencia que me tomo para mostrarme. Lo que se cuenta en el relato, es personal e íntimo, es mi realidad. Generando esa fantasía, siento que baja la presión de sentir que soy yo ese personaje.
Trabajando con autorretratos ¿sentiste que cambió la relación con tu cuerpo?
El tiempo fue transformando esa relación. De chicx fui muy insegurx, sufrí bullying por gordo y por trolo, así que tuve traumas con el cuerpo. Cambió sobre todo cuando estaba con mi proyecto documental, donde hacía retratos y entrevistas. Ahí me vinculé con un montón de gente; artistxs, activistxs, feministas, modelxs de cuerpxs no hegemónicos y del under, todo eso me cambió la cabeza por completo.
Después cuando me dediqué más a los retratos, empecé a contar a través de otrxs sin mostrarme yo, de hecho, mi cuerpo no aparecía en las redes, sólo en mi foto de perfil, todo lo que mostraba era mi trabajo. Creo que estar en esa fluctuación de ir conociendo gente, ir retratando y contando sus historias, me permitió a mí liberarme y así lo hice. También meterme en este personaje pop me ayudó mucho.
Los objetos que aparecen en los autorretratos ¿cómo los seleccionas?, ¿hablan de vos?
A mí me gustan los espacios sobrecargados, y todos los objetos que sobrecargan las escenas, tienen una historia. Por ejemplo la pera de cristal, tiene un significado de recuerdos de mi infancia muy fuerte. Después el pañuelito del Gauchito Gil bordado, que hace la artista Julia Rosetti, que también es de Corrientes. En todos mis autorretratos hay elementos a mi alrededor, que cuentan algo de mi historia, hasta lo más tradicional como el chipá, la botellita de caña con ruda, libros, fotos y referencias de otrxs artistas, también el cuadro de mi abuela; siempre busco que todo lo que aparece a mi alrededor cuente algo. A su vez me interesa que se vean trabajos de otrxs artistas, como los guantes que son de @mar_pasarelapop, que aparecen en varios autorretratos.
¿Tenes rituales al momento de fotografiar?
Algunos autorretratos los planifico o los boceto antes, después me doy un tiempo hasta llevarlos a cabo, que puede ser de una semana a dos meses. Pero hay algo que antes era inconsciente y ahora totalmente consciente, que es planificar las tomas siempre al mediodía y realizar todas las producciones a la hora de la siesta. Esto tiene que ver con mi infancia, ese momento de intimidad que encontraba en la hora de la siesta. En ese silencio yo me quedaba acostadx, y era la mejor hora para imaginar y crear con libertad. Creo que de ahí viene ese sentimiento de melancolía y nostalgia que relatan las escenas, que se siente oculto detrás de la fantasía a primera vista.
¿Hay post producción en tus fotografías?
Por lo general no. Me gusta mucho el trabajo previo; armar el set, definir si voy a usar luz artificial o natural y todo eso me lleva mucho tiempo, entonces al momento de hacer la foto, hago 4 o 5 tomas, después las dejo guardadas un par de días y elijo la que va.
I ´m italian, correntino y perdido en Buenos Aires (2020)
“estar en esa fluctuación de ir conociendo gente, ir retratando y contando sus historias, me permitió a mí liberarme y así lo hice”.
Regalos tardíos (2021)
¿Cómo continúan tus autorretratos?
Ahora estoy haciendo autorretratos con cámaras analógicas, con la misma estética del Adonis Pop, pero en situaciones más casuales. Por otro lado, empecé una serie de autorretratos en los que estoy acompañadx de personas, para contar algo también de ese vínculo. A principio de año, me retraté con un artista con el que nos reencontramos en Corrientes. Ahí elegí el rojo porque justo coincidió con la fecha cercana a la fiesta del Gauchito Gil, y surgió esa reivindicación. Después me retraté con mi viejxs, fue muy significativo posar con ellxs en la terraza de la casa, siendo yo quien soy hoy.
¿Cómo elegís mostrar tu obra?
Tengo un archivo bastante grande, pero no soy de guardarlo mucho tiempo, por eso todo lo que quiero mostrar lo publico. Cuando termine esta última serie de autorretratos, no sé si las voy publicar en las redes, me gustaría mostrarlas en otro formato y ver qué percepción puede haber de la obra, sin que sea vista antes en Internet. Igual soy consciente de ser un artista que creció mucho en las redes, pero cuando empecé a exponer y a participar de ferias, sentí que es una manera más palpable de estar en contacto con la gente que se acerca a ver la obra, aunque mucho más reducido, porque en internet es otro el alcance, pero el estar presente con la obra y con lxs espectadorxs, la relación es mucho más íntima. Y por eso pienso en esta idea, de mostrar una obra que no esté en internet y ver qué sucede.
¿Sentís haber encontrado sello propio con tu estética?
Hay una limitación fuerte en la fotografía, no solo con los referentes masculinos heteros, sino que además te dicen: “esto es una buena fotografía”, y unx tiende a querer imitar eso. Yo me preguntaba si algún día iba a poder construir mi propia estética, y en parte así fue, pero no surgió sola, sino de un largo proceso de formar vínculos con otrxs artistas, de trabajar en proyectos como el de la discográfica. Y es importante esto de trabajar con otrxs, porque unx va absorviendo de ellxs y eso se ve en tu trabajo. Con los autorretratos por ejemplo, logré reconocer esa estética más propia y estoy tratando de plasmarlo en todos mis proyectos.
Altar gauchite (2021)
Xadres y verano en el litoral (2021)
“Hay una limitación fuerte en la fotografía, no solo con los referentes masculinos heteros, sino que además te dicen: “esto es una buena fotografía” “
Además de la fotografía, ¿exploras con otros lenguajes?
Exploré con el video documental, con otrxs artistas participé en proyectos de video arte y ahora estoy con el proyecto de dirección y edición de video clips. Con un grupo de amigxs y artistas comenzamos a crear un sello discográfico de música pop, somos todxs artistas visuales, hay productorxs y compositorxs. Yo estoy haciendo fotos para las tapas y abocadx más a la estética y a la dirección de los videos clips, de los primeros discos que están por salir. Lo que empezó como un grupo de amigxs, fue creciendo y ahora estamos en un lindo momento, por todos los proyectos que van a salir a través del sello @labandadelv.i.p. También escribí una canción, estoy en eso de tomarme la licencia de ser también, un pop star (risas)
¿Cómo crees que sería el mundo del arte si hubiera existido una representación más igualitaria en su historia?
¡Seríamos increíbles! En los workshops que doy, siempre muestro artistas de distintas épocas y de la actualidad, y acá siempre aclaro que van a ser artistas mujeres, trans trolos o disidencias, porque siempre y más que nada en la fotografía, se referencia a fotógrafos hombres hetero. Igual siento que ese modelo de arte que desde la escuela nos forman, está siendo cuestionado y a la vez hay una gran apertura a las disidencias y a otras formas de contar y mostrarse. Yo lo vivo de cerca en lxs artistas que voy conociendo en las muestras y en otros circuitos del arte, quizá no tan institucional, que hay más visibilidad.