Poder
Gira el dado.
Y ella pierde.
Yo soy ella, también.
Dentro de la maquinaria del reloj del destino, atrapadas en sus engranajes.
Ella es vos. Están conmigo.
Vos, nosotras.
Y nosotras, somos todas ellas.
Todas.
Henchidas de un pesar que nos obliga a arrodillar.
Sofocadas por el peligro del poder que nos persigue.
Nos toma por el cuello y nos oprime.
Nos mata.
Nos desaparece.
¿Dónde estás?
No puedo verte.
El manto que te cubre es negro.
El mío es rojo.
Y el de ella es de un fuego que la marca y la deshace.
Moretones e injusticias.
De los que se ven y de los que nos consumen por dentro.
Mientras tanto, la mirada ajena nos evita.
Total, aquí, no ha pasado nada.
Pues claro que ha pasado.
Y pasa a diario.
Cada noche, desgarrada por los gritos de las niñas que también sufren.
Nacer mujer.
Luchar por vivir.
Morir, en paz, un privilegio.
Gira el dado.
Pero esta vez, a nuestra suerte.
Ruge.
En memoria de TODAS las que ya no están.
#3dejunio