Estoy en guerra.
Hace un tiempo, ya.
Conmigo.
Desde siempre.
Me ahogo a diario.
Y después no renazco, no resurjo de ninguna ceniza.
Voy cayendo.
Me hundo.
Y vuelo, pero estoy quieta.
Lloro unas lágrimas secas y ácidas.
Como el resto del corazón que ¿aún tengo?
Me enoja no tener causa.
Que el rumbo sea invisible.
No poder encontrar mi luz en tanta inmensidad.
Estoy en guerra desde siempre.
Miedo. Culpa. Dolor.
Esas son las armas.
Pero ya estoy cansada.
Si es que la paz está en mí, voy a buscarla.
Sin respiro.
Voy a tratar de encontrarla.
Afilo mis dientes, mis uñas.
Y sigo en guerra, buscando mi paz.