El color como guía
“Mandala” y “Torontoides” son las series que Julia Sbriller y Joaquín Wall acaban de presentar en BAPhoto. El dúo artístico multidisciplinario se propone investigar sobre cómo desafiar las propiedades físicas entre lo líquido y lo sólido, la materia y la ingravidez.
por Dalia Cybel
Curaduría – 27 de octubre, 2021
El 17 de octubre finalizó la última edición de BAPhoto, que reunió artistas consagradxs, fotógrafxs emergentes, espacios expositivos y charlas con artistas. En el barrio de Retiro, la casa Basavilbaso ofició como telón de fondo para recibir a 26 galerías, divididas en cuatro sectores que se sumaron a las muestras virtuales.
En el Sector Principal, el corredor Quimera expuso Mandala y Torontoides, las series de Julia Sbriller y Joaquín Wall, que explora los límites del cuerpo a partir de performances colectivas. “Nuestro proceso creativo tiene que ver con estar juntxs, con registrar cómo el diálogo va transformando las ideas”, explica Sbriller sobre los proyectos llevados a cabo.
Con referencias que van desde El Bosco hasta el diseño gráfico, Joaquín y Julia se arriesgan a investigar sobre las tensiones entre lo líquido y lo sólido, lo único y lo múltiple, la distancia y el encuentro sin resignar lo estético, en constante diálogo con la forma y el color. Luego de largas jornadas de feria, lxs artistas se detienen a hablar con Ojo de Salvia sobre el recorrido que lxs llevó a indagar “nuevas formas y posibilidades de encontrarnos y habitar el mundo”.
Hace tres años trabajan juntxs ¿Cómo se conocieron?
Joaquín: Nos conocimos hace seis años en La Plata haciendo una obra de danza que dirigió Lucia Savloff. Desde ese momento colaboramos en diferentes proyectos de fotografía, danza y video, mixturando y complementando disciplinas. Además, Julia tiene una red de escuelas de fotografía que se llama Creadores de imágenes y yo coordino algunos talleres.
¿Cuál fue el recorrido para llegar a Mandala y Torontoides?
Joaquín: Mandala y Torontoides son proyectos que fueron pensados como una performance, una escultura social y física que nos permitió unir búsquedas que ya venían de caminos parecidos pero con diferencias. La idea de trabajar con el cuerpo, con la fotografía, con lo físico y la composición visual, era algo que nos interpelaba. El desafío no fue tomar las fotografías, ni realizar el video, sino generar un espacio para que los cuerpos se acomoden y se entreguen de esa forma.
Julia: Hay algo de la experiencia, de lo performático, lo que hacen los cuerpos cuando habitan lugares, que es la materia prima con la que queríamos trabajar. Nos interesa lo que nos devuelve esa experiencia emocional y física del encuentro con un otrx a todo nivel. El cuerpo desnudo ya es todo un desafío. En Torontoides por ejemplo, por momentos hay muchos cuerpos y por otros es un único ser colectivo que va hacia el encuentro.
“El desafío no fue tomar las fotografías, ni realizar el video, sino generar un espacio para que los cuerpos se acomoden y se entreguen de esa forma”.
Hacen énfasis en la experiencia física, pero lo estético está presente en todo momento, especialmente en Mandala, desde la composición hasta el color, el encuadre, las formas…
Joaquín: Nosotrxs buscamos llegar a una imagen visual que resuma lo que venimos trabajando, sin relegar la base formal. En Mandala partimos de la idea de intervenir 12 murales de Jorge Pomar, otro artista de Quimera, dándole a cada pieza un color particular. También lo relacionamos con el ciclo lunar y el constante resurgimiento. Terminamos generando composiciones de cuerpos en crescendo y decreciendo.
Julia: Mándala es una serie donde los cuerpos forman una marea que sube y baja, se abre y se cierra. Es una geometría de nuevos cuerpos posibles, nuevas criaturas. El color nos mueve, es una guía, un recurso sensible que está presente todo el tiempo.
¿Y en Torontoides?
Joaquín: En Torontoides lo que sucedió es que teníamos que llevar una muestra del sur de Argentina a Canadá, y esto despertó la idea de pensar otro tipo de viajes. Cómo podíamos llegar, no por arriba, sino por debajo de la tierra. Ahí surge el concepto del toroide, que es una figura geométrica muy estable, que nos interesa un montón y está muy presente en la naturaleza. Trabajamos con el director de arte Roco Corbould, que nos ayudó a pensar el dispositivo en el cual se realizó la performance. Fue una experiencia bastante fuerte para quienes lo pensamos y quienes lo experimentaron.
La manera en la que se relacionan los cuerpos está presente todo el tiempo en su obra ¿Qué les interesa de esto?
Julia: El cuerpo es una pregunta abierta tanto en nuestra práctica artística como en nuestra vida. Pensamos el cuerpo como una herramienta para llegar a ciertos lugares, pero también como una construcción política de nuestras identidades. Creo que tanto Mandala como Torontoides y las series posteriores, son excusas para hablar sobre lo mismo, como si fuera una obra que se divide en capítulos formando diferentes instancias.
En todo momento estamos tratando de entender algo muy contemporáneo y muy complejo a la vez, porque está en mutación constante. Empezamos Torontoides en 2019 pensando en cómo se relacionaban los cuerpos, y en el medio hubo una pandemia que nos dejó aislados. Es un momento donde todos nuestros pensamientos se ponen en jaque porque el mundo dispone de nuevas realidades, y nosotrxs respondemos buscando estrategias para atravesar estos procesos.
“Pensamos el cuerpo como una herramienta para llegar a ciertos lugares, pero también como una construcción política de nuestras identidades”.
Si bien era una feria de fotografía, en BAPhoto utilizaron un montaje combinado con instalación y video ¿Por qué?
Julia: Para el montaje que hicimos en BAPhoto tuvo mucha importancia Gabriel Bitterman, nuestro galerista. Nosotrxs pensábamos mostrar solo fotografías y él quiso sumar el video, de lo cual surgió este dispositivo super interesante. Como nosotrxs veníamos trabajando juntxs, la instancia de que haya una opinión externa fue de gran importancia.
Joaquín: El dispositivo que elegimos también tiene que ver con la idea de trabajar en capítulos o en proyectos que no están escindidos totalmente uno del otro, como decía Julia. Poder entender las piezas como una red de conocimiento y existencia, las sincronías que se develan al jugar con la materia. Este montaje es una especie de readaptación de la muestra de Canadá. Nos gustó la idea de que sea más misterioso, más sexual, como si hubiera algo oculto, del freak show, de adentrarse en un lugar donde no sabés lo que vas a ver.
Para finalizar, ¿Cuáles son sus influencias?
Julia: Tenemos muchas referencias que van desde pintores históricos como El Bosco hasta fotógrafos u otros performers contemporáneos como Valentín De Marco. Joaquín es muy cinéfilo, así que trae muchas imágenes de directores de fotografía.
La referencia aparece en miles de capas. Hay algo de lo contemporáneo como la arquitectura, la música o el diseño gráfico, que se filtra constantemente en cosas muy mínimas. Puede también ser una combinación de colores en una remera, o algo que vemos en las redes sociales. Sin embargo, nos gusta pensar que lxs mejores interlocutores son nuestrxs amigxs. El contexto personal es lo que más nos transforma. Trabajar con Joaco me resulta muy inspirador porque tal vez llevo una pregunta que a mí me limita y él la vuelve posibilitadora.